Compartir la fe en el hogar
Compartir la fe en tu hogar puede ser una idea extraña para muchos de nosotros, pero es una forma maravillosa de ayudarte a ti--y a aquellos con quienes vives--a crecer en la fe. El truco está en añadir esto a tu vida diaria en el hogar. No es necesario hacer una especial “hora de rezar” u o “hora de compartir.” especial. Esto casi nunca funciona y se dejan de hacer después de una o dos sesiones. En vez de hacer esto, busca oportunidades para probar las siguientes ideas en tu vida diaria.
Reducir el tiempo de pantalla
Reduce la cantidad de tiempo que se pasan en la televisión, el internet, las computadoras, etc.
- No se puede hacer esto inmediatamente, pero con el tiempo, limita el uso de los medios de comunicación.
- Por ejemplo, comienza con apagar la televisión cuando comen en como familia.
- Graba los programas que puedan perderse y véanlos luego. O mejor todavía, no los vean.
- Los medios de comunicación suelen crear tiempo “privado”, pero lo que crea un hogar conectado es tener “tiempo compartido.”
Conversación de reflexión
Después de un evento tal como una práctica de deporte o un ensayo de baile, ten tengan una “conversación de reflexión”.” Simplemente háganse preguntas acerca del día y lo que está pasando. Este tipo de Estas conversaciones diarias ES SON compartir la fe. Llámalas “charlas de reflexión”.” Esta Ésta es una práctica antigua y a través de ella, aunque no lo creas, el Espíritu Santo nos toca.
Después de un evento escolar, como una obra de teatro, un partido, o un examen, envuelve a tus hijos en una charla, preguntándoles:
- ¿Qué te llamó la atención tocó sobre este evento?
- ¿Qué recuerdos tienes de este evento?
- ¿Qué es lo que más sobresalió?
- ¿Qué aprendiste acerca de este evento?
Al principio, estas charlas parecerán algo extrañas, pero gradualmente todos estarán más conscientes – y qué que buen regalo le harás a tu pareja y a tus hijos. ¡Ellos tendrán estos regalos por el resto de sus vidas!
Pregunta de la semana
Crea una pregunta de la semana para la familia.
- Trata de sacarla del Evangelio de la Misa del domingo, pero no sientas que tienes que usar tienes que estar atado a esta fuente.
- Haz que la pregunta provoque una conversación platica productiva entre los miembros del hogar.
- Colóquala Colácala en el refrigerador. Platicala Menciónala durante la cena.